Había olvidado como eran tus manos, lo suaves, delgadas y fuertes que son, lo mucho que me gustaba tomarlas y cómo me hacían sentir escalofríos cariñosos cada vez que me rozaban.
Había olvidado que tus manos me derriten y me dejan soñando contigo por un buen rato, reviviendo una y otra vez el mismo sentimiento, la misma escena, para luego traer recuerdos de nuestro tiempo, esa vez que nos tomamos la mano.
¡Qué lindos recuerdos!
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