Explota mi cabeza.

¿Qué pasa cuando uno sabe que tiene que crecer y no lo hace porque el no hacerlo es posible y cómodo?

Yo sé que tengo que crecer, pero no me acomoda, sé que debería empezar por el principio, pero la lluvia me moja los calcetines cuando salto en los charcos de agua que quedan, me gusta dejar las huellas de mis zapatos en el pavimento, porque no es fácil de marcar como la arena. Hay estrellas bajo mis zapatos, lo digo literal.
Jamás dejaré de ser una niña, pero esta máscara hipócrita, me ha vuelto cada día menos tolerante. No quiero ser León Werth, quiero ser esa esperanza a la que Antoine le dedicó el libro.

Necesito mi espacio, no sólo físico si no también mental, tengo un poco la cagá y no sé cómo resolverlo. ¿Y si me cambio de universidad? 

Esa es mi duda más grande, ya no estoy segura de ninguna de las decisiones que he tomado, mi juicio estaba nublado por el amor, no digo que fuera malo, pero así fue.

Ya no sé qué camino tomar, qué debería hacer, más tiempo de calidad con mi propia conciencia no soluciona nada, llevo semanas enteras tratando encontrarme a mi misma, pero tengo miedo, estoy escondida, me siento indefensa.
Hace meses que ya no soy yo, y no puedo encontrarme, no puedo quitarme esta máscara y salir dejarme salir de adentro mío.

¿Qué tengo que hacer para saber qué hacer, cómo seguir la vida si todo me parece una decisión mal tomada? 

Por ahora sólo puedo entrar en mi y seguir convenciendo a esa esperanza pequeña que no quiere salir.