Hay días tan tristes,
que ni el frío se siente,
ni las piernas dormidas,
ni el olor a cigarro.
Hay días tan tristes,
que te duele la cabeza,
que no quieres ni cantar,
ni sentarte a comer.
Hay días tan tristes,
que no sabes quién, ni como
no sabes cuándo, ni porqué,
que no juzgas bien.
Hay días tan tristes,
que sólo quieres una palabra atenta,
un abrazo largo sin prejuicio,
un té y una cama donde morir.
Hay días tan tristes,
que quieres seguir caminando,
a oscuras por la calle,
ni mirar al que viene de frente.
Hay días tan triste como hoy.
que ni el frío se siente,
ni las piernas dormidas,
ni el olor a cigarro.
Hay días tan tristes,
que te duele la cabeza,
que no quieres ni cantar,
ni sentarte a comer.
Hay días tan tristes,
que no sabes quién, ni como
no sabes cuándo, ni porqué,
que no juzgas bien.
Hay días tan tristes,
que sólo quieres una palabra atenta,
un abrazo largo sin prejuicio,
un té y una cama donde morir.
Hay días tan tristes,
que quieres seguir caminando,
a oscuras por la calle,
ni mirar al que viene de frente.
Hay días tan triste como hoy.
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