Soñé con el inicio de algo lindo, tan lindo que sólo podía existir en mis sueños.
Nos encontrábamos varias veces en un día hasta que me invitaba a comer, entonces nos íbamos y mientras nos alejábamos de los demás, me daba cuenta de que estábamos yendo los dos solos.
Todo era muy nervioso, de esos nervios preciosos. Él no se atrevía a tomarme la mano, así que me tomaba el brazo y me hacía girar, o pasaba mi brazo por su cuello. A veces nos encontrábamos cara a cara, sonreíamos con timidez, las mariposas trataban de escapar de nuestros estómagos y dejábamos de mirarnos para seguir el camino. "tía Dani, me prestas tus tijeras?"
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario