En la vida, hay dos tipos de adornos, los que te regala gente que no te conoce pero se sienten obligados a darte algo para tu cumpleaños y los que te dan seres queridos tras una experiencia digna de recordar.
Pero el adorno inservible mayor, la burla máxima, es la vida.
Esa dicha egoísta de traer otro humano a esta sociedad hostil y falsa, para que sobreviva como un mendigo y delincuente y muera en soledad. Al menos podríamos disfrutarla y vivirla realmente, pero en este país (en otros también, pero éste es nuestra realidad) es imposible vivirla, y estamos aquí sobreviviendo, siendo presionados por las normas sociales, la economía y las demás personas. No puedes relajarte y disfrutar lo hermoso de la naturaleza porque estás ocupado trabajando de sol a sol para poder comer y más encima comer con tenedor y cuchillo, teniendo que comportarte de cierta forma con todos los que te rodean porque sus opiniones pueden afectar tu trabajo, tu vida social y tu vida en sí.
Yo quiero ser libre de las normas sociales y del trabajo esclavizante no más, para poder vivir, de verdad vivir.
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