caminaba serena mientras observaba los vestigios de una noche violenta en mi barrio, desconcentrada miré hacia la calle y te vi, me venías mirando como un soñador enamorado, ibas en bicicleta y yo sonreí, pero seguiste pedaleando y sin mirarme más desapareciste al doblar en la esquina.
Y sólo entonces comprendí que no eras tú.
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