"Vivimos al borde del sentido."

9.22.2014

Huéspedes.

Mientras el agua hirviendo tocaba mis dedos congelados yo temblaba como si tuviese alguna enfermedad, y quizás la tenga. La verdad es que estoy bastante preocupada, estos días llenos de gente, gritos y movimiento han sacado a relucir,  tal y como esperaba, una parte de mi que detesto. Me siento atacada cuando hablan tan fuerte, me saca de quicio no poder estar tranquila, me causan repulsión los ruidos que hacen con la garganta y me ponen histérica todos los movimientos de pies golpeando el suelo del tercer piso, y para empeorar, los vecinos nuevos taladrando, martillando.

Me falta soledad y descanso de los ruidos infernales de todos ustedes, humanos odiosos, me quedo despierta hasta la madrugada sólo para disfrutar un poco de soledad y por eso al otro día ando peor y peor y peor cada vez. No sé cómo voy a resistir lo que queda para que se vayan.

Y ni siquiera se puede conversar con ninguno, porque como dije antes, si hay algo que les encanta, es interrumpir a los demás, y esto si que saca en mi una histeria más grande que todas las anteriores. Siempre ha sido mi problemas mayor, he tratado de sobrellevar la situación, pero me está haciendo mal, estoy preocupada por mis temblores, mis dolores nuevos, mis mareos constantes y mis problemas respiratorios, todos actuales y desde que llegaron, probablemente sea todo mental, pero estoy aterrada de que me pase de nuevo estando sola.

Odio tener miedo y detesto sentirme débil. Ojalá existiera una receta mágica para quitar eso o todo esto,  quiero quitarme el oído, el olfato y la vista por un par de horas y descansar de la porquería en la que me estoy ahogando.


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