No tengo problema alguno con las historias de una noche, sobre todo contigo, que te conozco tanto y que me conoces tanto.
Mi problema es que cuando busco un beso de despedida o un abrazo largo tras tanto rato de contar historias, te alejas como si fuese algo peligroso el entregar cariño. Quizás te alejas para no sentir nada más, o tal vez tu ego es tan grande que crees que sigo enamorada de ti, que sigo siendo la misma niña de hace años atrás. Pero igual como tú escribiste sobre cambiar, yo lo hice.
Está fuera de lugar tu reacción post-parto, te lo he intentado decir. Lamentablemente cada vez que menciono algo sobre este asunto, lo tomas como algo personal, por eso te quiero volver a decir:
'No tiene nada que ver contigo. Sólo quiero un poco de cariño. Si fueses cualquier otra persona, lo querría igual.'
Así que, si tienes ganas de conversar más, estoy aquí para contarte todas las historias que quieras, y escuchar todo lo que tengas para decir, pero tienes que hacerme feliz, sólo por esa noche.
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