Hoy soñé con alguien que jamás me habría imaginado.
Fue tan sorpresivo que cuando me acordé, tuve que dejar de pensar un par de minutos. El lugar era una casa con muchas escaleras, los colores eran normales, había harta madera y luces tenues pero cálidas. En un escenario tocaba Manuel García y conversábamos entre canciones. La gente no era conocida, excepto cierto tipo que conocí en la universidad.
Jamás había tenido un sueño tan sensible. Cada mano, cada arruga, cada piel, todo contacto parecía real, hasta las conversaciones tenían esos toques que las personas reales le dan. Pero sólo con él. Cuando hablaba con el Manu no era lo mismo, era una escena de relleno en la que sus rulos tenían más protagonismo.
- (Con sorpresa y amistad) 'Huevona no entiendo cómo te has aguantado tanto, si lo he hecho todo'
- (Risa nerviosa con toques coquetos)
Han pasado unas cuantas horas desde que desperté y aún estoy atónita.
Fue un buen sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario