Errores.

A veces simplemente necesito un respiro, un descanso, pero no una siesta, no un bostezo, tampoco risa, talvez caminar sin rumbo, talvez observar aquello que me obsesiona, o sólo salir de estas cuatro paredes con aroma a hogar. Enmascarados cerca, pero lejos y así todo se contradice, justificándose, y estas son sólo palabras que no he de vovler a leer jamás.

Engaños!

Me iré en un rato, quiero escribir un poco, divagar un rato, leer algo, escuchar el silendo y llenarlo de música, después me iré a esa fría habitación, pequeña y amorosa celda, que a pesar de todos sus defectos, me hace sentir en casa. Dormiré talvez, con el infernal canturreo de los pájaros, ¿Es que acaso no duermen? ... Como todos estos días, los soportaré hasta caer en esa profunda pesadilla repetitiva y sin fin.
Son las 4:54am. y acaba de cantar el primer pródigo señor cantor, tenía pensado acostarme temprano esta noche, pero un nuevo duendecillo, me contó sobre sus pensamientos, manteniéndome despierta hasta que me pidió que fuese en busca de la luna, pero no la encontré, asi que fuí por comida pero no había casi nada, y terminé tomando una leche en caja, que estaba entre las pocas cosas que adornaban ese refrigerador casi vacío. Cada día era más decadente el ver como todo iba desapareciendo poco a poco, una leche menos, una galleta menos, un pan menos, así hasta que ya no queda nada.
Pero tú sabes que son sólo excusas, es que todo parece tan vacío sin ti.