Voy a tomar un palillo y hacer un primer agujero, justo entre las costillas y el inicio del estómago, voy a introducir mis dedos, uno a uno para poder desgarrar la piel que me encierra, después voy a tomar mi intestino, mi hígado y mi estómago y los voy a sacar, ahora de verdad sentiré el vacío. Después, voy a arrancarme los pulmones, romperme las costillas desde adentro para quedar casi vacía. Al fin voy a sacarme el corazón y lo voy a abrir para mirar la oscuridad que emana de él, voy a saber porqué cuando tengo frío siento como si saliera desde adentro mío, veré lo que vive adentro mio. Entonces voy a dejar de sentir, voy a dejar de vivir, voy a entenderlo. Todo eso lo voy a meter en una caja y cuando llegue el correo a tu casa, verás que me mataste, mientras yo seguiré entendiendo que ibas de a poquito, era una venganza pequeña pero infinita. Vas a preguntar, pero ahora nadie te va a responder porque ya no estaré para hacerlo.
Quizás en este momento la rabia te esté comiendo por dentro, porque todo es mi culpa. Todo es mi culpa. TODO ES MI CULPA, CIERTO?

Desaparezco como un recuerdo que se va con el tiempo, soy como un papel arrugado al que se le desaparece de a poco lo escrito, es que nunca he dejado algo para el futuro porque nunca termino nada de lo que empiezo, por eso cada vez me parezco más a un fantasma, si ya ni mi risa hace ruido, ni mis pasos, ni mis manos al aplaudir, estoy silenciada.
Siempre me pregunté qué se sentiría desaparecer y ahora lo sé, es tranquilo, sin muchas presiones porque estás solo como un pedazo de lana entre miles de pedazos de hilo... y puede ser que seas igual que los hilos por dentro, pero ellos no lo notan, ellos se sienten hilos y no lanas... yo soy la lana, ellos son hilos. Yo soy lana y no puedo ser hilos aun que trate, por que me siento lana tal como ellos se sienten hilos, sólo espero encontrar alguna lana que me acompañe por el resto del tejido.

Quiero cumplir todas mis metas, quiero perseguir todos mis sueños, quiero lograr todo lo que me proponga. No importa cuantas veces caiga, cuantas veces me canse de intentarlo ni cuantas veces mi corazón no aguante más, porque yo voy a lograr lo que quiero y si no lo logro, tendré la satisfacción de saber que lo intenté al menos... y es que la felicidad no está en la cima de la montaña si no en el camino hacia ella. Pronto tendré que pensar mucho sobre todo, pero no le temo, si no que espero paciente a que llegue la avalancha! Me siento segura aquí, sé que puedo aguantarla.