"Vivimos al borde del sentido."

11.23.2015

Y si me fuera.

La cálida luz del sol en mi pies, y ese cielo azul claro, con sus nubecillas teñidas de blanco y amarillo.
Una mañana perfecta, como todas desde que llegué. Mi trabajo sin horario me deja salir a caminar todas las mañanas, al despertar con el sol en la ventana, tomo el agua de siempre, me doy un par de vueltas en la cama como siempre, camino al refrigerador, sirvo el muesli y la leche en el mismo plato de todos los días, lo como con la misma cuchara, que luego dejo en el mismo fregadero. Me pongo pantalones, una polera y un chaleco, y salgo a caminar.
El sol está saliendo, más y más luz, mie tras los autos y las bicicletas van apareciendo, ando tres cuadras, luego a la izquierda una más y a la derecha otras dos, cruzo la misma reja, hasta ese mágico lugar verde, paso el espacio perruno y las canchas, las máquinas de ejercicio, hasta llegar a ese lugar perfecto.
Una banca en la orilla del camino de piedrillas. Me siento y estoy ahí exactamente por veinte minutos mirando, analizando a las personas y sus interacciones, todos sus pequeños momentos aleatorios de vida.
Si pudiera, estaría todo el día mirando a las personas, esas personas perfectas.
Después camino otro rato hacia lo profundo del parque, estiro una manta y me siento a descansar. Al final, cuando mi mente está  por fin callada, me levanto, fuardo mi manta y camino de vuelta, entro, me ducho, como una fruta y salgo a trabajar.
Voy al parque me siento en una banca y escribo todo lo que las personas hacen, por horas de horas, hasta terminar el día.  Entonces vuelvo y edito toda la noche, al día siguiente tengo unas cuantas hojas para entregar. Hojas que nadie ha de comprar.
Porque no sirvo de famosa, no importa cuánto talento tengo, otros siempre se hacen famosos sin talento, mientras yo no lo puedo compartir ni ser feliz haciéndolo.

Qué?

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