viajes cortos 2.

Si te quedas, no lo hagas por seguridad, la vida debería ser puras inseguridades, aunque eso pareciera terrible.
Es que al final siempre es mejor.

Si te vas, no lo hagas por obligación, la vida es tuya, no de los que te rodean, sigue tu propio camino.
Cumple tus propios sueños, no los de tus padres, ni los que deberían ser tus sueños. Si no los que realmente son.

Finalmente, deja ir.
Si lo mejor es partir, que nadie te tenga entre sus dedos amarrada, y aunque cueste, deja ir, deja ir.







Estoy muy lejos, muy sola, rodeada de hombres educados y lindos, e inteligentes, y soy una latina (para ellos) perfecta. Pero soy muy mensa, soy muy pava, soy muy buena persona como para decir algo, ¿y si dijera algo? No creo que le llegue ni a los talones, no creo que llegue ni al aeropuerto.

En esta mierda que nos gusta tanto juntar, hay que esforzarse, o se pierden los brillos, se pierden las vidas, se apagan las velas. En el avión pensaba que moriría, me aterré imaginándolo y pensaba en lo poco que me importaba ya, y al llegar, ya descubrí por completo lo poco que me importa seguir aquí.