"Vivimos al borde del sentido."

2.05.2017

La pena es el silencio.

En uno de estos viajes me preguntó qué era lo que, yo creía, iba a extrañar más de vivir con ella, cuando yo ya no esté. Hacía un buen tiempo que no me quedaba sin respuestas, el silencio crecía y crecía mientras ella decía diferentes cosas que pensaba. La fruta picada en el refrigerador, no. El jugo de la mañana, no. Y se quedó sin más que decir, igual que yo.
Me dio tanta pena imaginarla en esta casa gigante, sola y desganada, intentando hacer, intentando funcionar, intentando no llorar. Pero estos no son mis pesos para andar cargando, y aunque me duele como nunca antes, tengo que aprender a tomar lo que es mío y lo de otros dejarlo, igual que ella no más.

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