Estábamos en un lugar borroso, era de mañana, pero era la tarde, había bastante luz y se apoyó a mi lado sobre un muro bajo, sus brazos estaban puestos detrás de él, con los hombros levantados por la altura de la pared. Y con cada palabra se mezclaba más el lugar, y con cada respiro, nuestras bocas se acercaban más y más, hasta llegar a ese momento nervioso donde la cercanía es imposible de negar, y lo único que queda es sonreír y decir: '¡ya po!' Entonces él se atrevió por fin a poner sus labios entre mi mejilla y mis labios, disfrutando la caricia, giré la cara lo suficiente para que fuera un beso real, estabas apurado, nervioso, pero yo no, así que te calmé, te hice ir a mi ritmo tranquilo y cuando lo pillaste, era como si nuestras almas se abrazaran. Y mientras, pensaba que tras tanto tiempo de confusión y de dudas, al fin, ¡al fin!
De ahí pasamos a la siguiente fase en seguida, como era un sueño las transiciones desaparecen, y de repente ya estábamos en tu cama. Ha sido el sueño más vívido que he tenido en mucho tiempo, gracias por hacerme sentir tantas cosas.
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