El falso malo 23.6.2015 (10.12pm)

Hace más o menos cuatro minutos, estábamos con mi madre sentadas listas para tomar once en cama, cuando de pronto suena un ruido muy fuerte, como una puerta que se abre de golpe, ambas asustadas nos disponemos a revisar la casa, mi primer instinto es ir a mi pieza y tomar ese cuchillo que tengo escondido, y empezamoas la búsqueda. 

Primero el baño de su pieza, luego el pasillo, encendemos la luz, nada. Abrimos la puerta del baño, nada. La de una pieza, nada. Y mi pieza tenía la puerta abierta, no había nada extraño adentro. Me dispongo, cuchillo en mano a bajar al primer piso, enciendo la luz, bajo lentamente, escalón tras escalón, cada uno con su peculiar sonido. Llegamos al primer piso, mi madre detrás mío, nuestro corazones laten fuerte, miramos el estar, ella enciende la luz mientras voy al comedor, y queda sólo la cocina, con el estómago en la garganta salté a la cocina.

Y no había nada, pero todavía quedaba el tercer piso.

Apagamos las luces y subimos al segundo, todo seguía igual. Partimos escalón tras escalón hacia el tercer piso, al llegar, miro detrás de la media pared, nada. Sólo quedaba la oficina. Nos acercamos, yo cada vez más adrenalínica, lista para matar a quien estuviese escondiéndose en ese lugar. Una vez más me lanzo a matar, pero no había nadie.

Un poco más tranquilas bajamos y apagamos las luces detrás nuestro. Vamos a sentarnos una vez a comer, ahora mi madre delante mío, entró a la pieza y dijo ooh. Apuré el paso y entré, ella mirando el fuego de una vela y me dijo: "yo no encendí esta vela, encendí la otra".

Fin.

Pd: Mi asesina interior está empezando a preocuparme porque ella quería que hubiera alguien en la casa, alguien a quien matar. Ella se apoderó de mi mano con el cuchillo y parecía lista y dispuesta a enterrar el cuchilo en el abdomen de quien fuese que hubiera entrado. Porque al asesinarlo, habría una mala persona menos, un ladrón,  un asaltante, un violador menos. Quizás a cuantas personas habría salvado el que yo hubiese matado a ese enfermo que había entrado.