"Vivimos al borde del sentido."

9.09.2015

Alemania. 9.9.15(10.11am)

Hoy desperté y sentí Alemania. Ya van unos cuantos días desde que siento esa nostalgia mágica cada vez que despierto, coincide con la cortina, ya no la bajo para dormir.
Me gusta la luz nocturna que entra, las sombras de los árboles moviéndose lentamente, y como no he estado muy feliz, quise darme esos pequeños lujos que me hacen sentir tranquila y completa.

Me falta naturaleza.

Ahora hago las cosas de forma diferente, sólo para serun poco más feliz.

Cuando no tengo ganas de caminar hasta mi casa, compro algo para comer, me pongo los audífonos con la música más extraña que tenga y parto, lentamente, comiendo y escuchando, voy tan lento que pareciera que no me muevo en realidad. Y si me cruzo con gente miro hacia el otro lado, o cruzo la calle.
Duermo con el blackout abierto, me gustan las luces reales de nuestro planeta, los amaneceres, el medio día, la madrugada, los atardeceres y la noche. Pero no me refiero a ver el amanecer o el atardecer, aunque eso también me gusta, me refiero a la luz que generan, la que entra por mi pequeña ventana.
Me ducho con agua muy caliente para que al empezar a quemarme, la enfríe y cuando salga no muera de frío como antes. Uso mi bata. Me pongo crema lentamente, como si me estuviera haciendo cariño.
Hago las cosas antes, para no sentirme tan explotada cuando son todas las evaluaciones juntas.
Canto más en la ducha y en la vida, sola o acompañada.
Tomo descansos largos, siestas si es necesario, disfruto los días libres haciendo cosas diversas.

Hablo con honestidad. Aunque se enojen, aunque se rían, aunque me odien. Siempre digo la verdad, siempre digo lo que siento y opino tal y como es.

Me propongo proyectos, invento cosas, dibujo e imagino la mezcla entre belleza y pragmática. Aunque no todos los haga realidad luego, mientras imagino, soy feliz.
Disfruto estirarme en la cama, así que tiro todo al suelo y la uso entera, varias veces.
Ya casi no uso sostenes, me enferma. Pero sí uso los deportivos para hacer ejercicio. Y vitrineo conjuntos en las tiendas de lencería aunque sean muy caros.
No compro nada que no me convenza, excepto comida. Me doy el lujo de comprar comida varias veces a la semana y disfrutarla con un té.

Tomo té como si fuese un ritual, hiervo agua, me siento con la taza, sirvo el agua sobre el té, mantengo la taza entre mis manos mientras inspiro y exhalo, tratando de no concentrarme en ningún pensamiento, los dejo pasar y cuando ya está caliente, pero no hirviendo, voy tomando mientras no pienso.

Pero aún con todas esas cosas, me falta algo. Me falta naturaleza.
Y por eso extraño Alemania, por eso la siento cada mañana, y es que la naturaleza se confunde con la ciudad, los parques parecen bosques, si te adentras mucho, te olvidas de donde estás.
Alemania es el lugar perfecto para mi.

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