verborrea.

No puedo dormir porque quiero escribir, estoy repleta de emociones, sentimientos o quizás algo aún más profundo. Pero no puedo darles forma.
Como mucho podría hacer una lista de cosas, pero no quiero eso tampoco.

Tengo enfermedades, el corazón me vibra, hoy casi muero pero salí de eso. Lo peor fue descubrir que estaba ahí, que era la mejor bailando y que la música, esos tambores con los que ella reía y disfrutaba, eran exactamente la razón por la que no pude concentrarme en la prueba. Mientras escuchaba su disfrute, mi mente se iba lejos, entre envidia y ganas, luego volvía y avanzaba y se iba y ...

Estuve a punto de desmayarme de la ansiedad, del nervio. Hace un año que no me sentía tan desvanecida e imposible ante una situación así.
Lo que fue extraño porque ya nada me importa.
Pero esos tambores y sus movimientos perfectos y llenos de goce, no me salen de la cabeza.
Cuánto quise ser parte de ello a penas empezó, cómo no lo hice por miedos, cómo nadie me acompañó, pero ahora todos quieren ir. Lo que sentí cuando supe que ella era parte de eso que anhelaba, la tristeza al ya no poder unirme porque es su territorio, pero era mi territorio primero. Mi universidad, mi familia, mi vida.
Lo que sentí cuando la vi gozando con lo que yo podría haber vivido.

Si fuera menos importante, si llamara menos la atención, si no me miraran y juzgaran tanto.
Ustedes los hombres no saben lo que es vivir siendo mujer.
No saben lo que es ser juzgada por todos los que te rodean, observada todo el tiempo, no saben lo terrible que es. No saben la lucha diaria. No saben el peso sobre nuestros hombros.

Quisiera ser invisible como las feas y poder ir a bailar con esos tambores, y quitarme el peso de las miradas del mundo, y ser libre, y ser feliz.