Si yo muriera dejaría de estorbar, dejaría de estorbarte a ti, madre amada, a ti, hermana querida, a ti, sobrina confundida, a ti, sobrina loca, a ti, hermano lejano, a ti, padre desalmado, a ti, hermana pequeña, a ti, madrastra religiosa, incluso a ti, amor de mi vida.
Dejaría de estorbarle a ustedes compañeros, a ustedes profesores, a las sillas, a las mesas, a los espacios de este planeta, al volumen del universo.
Si yo muriera, llorarían ustedes un poco, tal vez, pero olvidarían mi insignificante existencia rápido, como ese gato que vimos ser atropellado, como ese conejo que atropellaste cerca del peaje, como todo animal muerto al costado, o al centro de la carretera. Quizás ni siquiera importaría lo suficiente como para moverme hacia una orilla, porque no soy grande, no podría dañar al auto que siga la fila de profanación corporal.
No dañaría ni mi propia vida, lamentablemente, porque si muriera dejaría de estorbar en su mundo, que no es mío.
Dejaría de estorbarle a ustedes compañeros, a ustedes profesores, a las sillas, a las mesas, a los espacios de este planeta, al volumen del universo.
Si yo muriera, llorarían ustedes un poco, tal vez, pero olvidarían mi insignificante existencia rápido, como ese gato que vimos ser atropellado, como ese conejo que atropellaste cerca del peaje, como todo animal muerto al costado, o al centro de la carretera. Quizás ni siquiera importaría lo suficiente como para moverme hacia una orilla, porque no soy grande, no podría dañar al auto que siga la fila de profanación corporal.
No dañaría ni mi propia vida, lamentablemente, porque si muriera dejaría de estorbar en su mundo, que no es mío.
Peque, si tú murieras, una parte de mí también lo haría, y créeme que no te dejaría con la consciencia tranquila, porque cada vez que piense en ti te recordaría el cómo era vivir contigo en mi vida y en todas las cosas que hacías para mantenerte presente: tu locura, tus caras, tu preocupación, tu forma de ser, tus momentos de debilidad, tus ojos feos, tú siendo tía, tú siendo hija, tú siendo amiga, tú siendo mi amiga, tú siendo tú. Tú especialmente deberías saber que eres la que hace del mundo un lugar más infinitamente complejo y genial. Eres tú la que me hace creer en la amistad y en crecer juntos, sabiendo que tenemos un lazo familiar más fuerte que la sangre, uno que solo se da cuando uno reconoce que no estamos obligados a crecer juntos, sino que nos elegimos sabiendo que no sería fácil.
ResponderEliminarMe encantaría tener una razón o fundamento para hacerte sentir feliz de tu vida, de tu entorno, y de que todo lo que te está pasando tendrá un final que le dé sentido a lo que sientes en lo profundo de ti. Sé que eso sería perfecto para muchos de nosotros, pero también sé que eso de las soluciones instantáneas no sirven, dentro de las cuales la muerte solo sirve como vía de escape que tampoco nos asegura nada... y solo puedo decirte que sigo aquí para ti, que puedo estar a la chucha del mundo y en la situación menos adecuada para siquiera escucharte como te lo mereces, pero te prometo que seguiré aquí aunque no me quieras, aunque no me hayas hablado ni quieras hacerlo por el resto de tu vida, porque para mí sí significas mucho en mi vida, para mí mereces toda la ayuda del mundo y para mí no dejarías de ser un "estorbo", porque nunca lo has sido y nunca lo serás. Ñam.